La Ciudad de México vivió una de sus celebraciones culturales más vibrantes con la llegada de Original, Encuentro de Arte Textil Mexicano, que tomó el Complejo Cultural Los Pinos del 27 al 30 de noviembre de 2025. Fueron cuatro días en los que más de 400 artesanas y artesanos de las 32 entidades del país, así como representantes del pueblo afromexicano mascogo, ofrecieron una auténtica travesía por los saberes textiles, la música, la danza y la gastronomía de México.
Un bosque convertido en corredor textil
A lo largo de 13 mil metros cuadrados, los visitantes recorrieron una de las expoventas artesanales más completas del continente. Se encontraron piezas auténticas de 14 ramas artesanales que iban de los textiles y la joyería a la cerámica, la madera, la plumaria y las fibras vegetales. Más de 70 mil piezas dieron muestra de la maestría y precisión de los pueblos originarios, que compartieron su trabajo sin intermediarios y en un entorno de comercio justo.
La secretaria de Cultura, Claudia Curiel de Icaza, destacó durante la inauguración que Original se había consolidado como “una política cultural central” que protege y acompaña a las comunidades creadoras. Su programa, además de los textiles, integró música y danza en vivo para contextualizar cada tradición tal y como sucede en su lugar de origen.

Talleres que tejieron generaciones
Original también se vivió como un espacio de aprendizaje profundo. Niños, jóvenes, adultos y personas mayores participaron en talleres que revelaron técnicas ancestrales tal como se transmiten en las propias comunidades.
Los más pequeños disfrutaron de las sesiones “Escuincles”, donde la creatividad corrió entre plumaria, madera tallada, juegos tradicionales y cultura alimentaria. Para personas mayores, los talleres “Nanas y Tatas” ofrecieron un acercamiento íntimo al deshilado, la lana tradicional y técnicas de textil guiadas por maestras artesanas de México y Guatemala.
Una de las actividades más entrañables fue “Hilos que unen”, un proyecto de bordado colectivo conformado por 18 talleres impartidos por artesanas de distintos pueblos. Cada puntada —del lomillo mexiquense al corazón amarrado poblano— formó parte de una obra comunitaria que se integró a la ambientación de la última pasarela del encuentro.
Pasarelas que contaron historias
Como ya es tradición, Original cerró con sus esperadas pasarelas: 60 artesanas y artesanos presentaron alrededor de 180 piezas que hicieron evidente la fuerza identitaria de cada pueblo. Para esta edición, se apostó por integrar lo contemporáneo con lo experimental a través de comisiones musicales de artistas como Horacio Franco y Leslie García, que acompañaron cada desfile con creaciones sonoras concebidas especialmente para el evento.
Un festín con las Cocinas de Humo
Para quienes buscan viajar con el paladar, Original también fue un recorrido culinario por ocho estados del país. Las Cocinas de Humo ofrecieron una fiesta de aromas y sabores tradicionales: tlayudas recién hechas, cocina de insectos, quesadillas de comal antiguo, relleno de puerco, tostadas chinamperas, pan de maíz, chilate, atoles, tamales, café de olla, agua de chaya y más delicias regionales que conectaron territorio y memoria.
Cada platillo hizo evidente que el arte textil y la cocina comparten raíz: nacen de una comunidad, un paisaje y un ritmo de vida que se transmite de generación en generación.

Un espacio vivo de arte, música y cultura
El Jardín Original, instalado en el helipuerto, se convirtió en un escenario vibrante con sones, huapangos, chilenas, poesía, danza ritual y fusiones contemporáneas que mostraron que el patrimonio cultural está más vivo que nunca. Destacaron la Danza del Venado, los Tamborileros de Nacajuca, la Murga Xicohtl y agrupaciones emergentes que llevaron el folclor a nuevos territorios.
En paralelo, los Foros Original reunieron a voces nacionales e internacionales para hablar sobre ética, propiedad intelectual, colaboraciones responsables y los retos de mantener viva la tradición en un mundo cambiante.

Un movimiento que se expandió más allá de la capital
Tras sus ediciones en Mérida y Tijuana, Original llegó a la CDMX reafirmando su propósito: dignificar el trabajo artesanal, impulsar mercados justos y sensibilizar a los consumidores sobre el valor real de cada pieza. Para muchas artesanas, como Claudia Barragán de Tlaxcala, el encuentro marcó un antes y un después: fortaleció ventas, capacitó a creadores y renovó el interés de las nuevas generaciones por sus raíces.
Original 2025 recibió también a artesanas y artesanos invitados de Armenia, Chile, China, Noruega, Nueva Zelanda y República Dominicana, ampliando el diálogo cultural hacia una perspectiva global.

La quinta edición del encuentro dejó claro que la identidad mexicana se teje, se borda, se cocina, se baila y se vive colectivamente. Para viajeros, exploradores culturales y amantes de la buena comida, fue una auténtica travesía por el territorio sensorial y simbólico del país.



