En México, el arroz es uno de los tres granos básicos en la dieta diaria, y uno de los más populares y consumidos en el mundo.
Y es que no solo aporta energía a través de sus hidratos de carbono (también llamados carbohidratos), también contiene proteína, fibra, vitamina B3 y minerales como calcio, fósforo, potasio y magnesio, así como otras sustancias beneficiosas con actividad antioxidante, es muy bajo en grasa y en sodio, y por su origen vegetal, no contiene colesterol.
El arroz puede formar parte de una dieta para toda la familia, incluso puede ser consumido por personas con sensibilidad o con intolerancia al gluten, porque no contiene ese tipo de proteína, dice Guadalupe Esquivel, vocera de nutrición de USA Rice en México.
Variedades deliciosas
Su versatilidad en la cocina es amplia, se usa desde el Carolina, arborio, basmati, jazmín, negro, rojo, blanco, etcétera, lo que lo ha hecho perfecto para formar parte de platillos tan famosos como la jambalaya, la paella, el risotto, para sushi, al vapor… aunque sus más famosas subespecies principales son la índica -el grano largo- y la japónica – de menor dimensión-.
En cuanto al grano integral, con todo y la cáscara, aporta más nutrientes y fibra que, puede no ser acompañamiento idóneo de comida china, pero es más saludable para tu corazón.
Su presentación molida sirve para convertirlo en harina y preparar masas fritas, fideos y rollitos primavera. Además, es ingrediente indispensable en la elaboración de sake y en las pastas de soya tales como el miso. Incluso, en otros tiempos fue usado como moneda de cambio.
No necesita enormes surcos de irrigación para crecer ya que también prospera en lugares secos. No obstante, dado que tiene una alta tolerancia a vivir sumergido, los granjeros utilizan agua para controlar de forma natural el crecimiento de las hierbas no deseadas, así como la aparición de las plagas.
Consumo de arroz en México
La costumbre mexicana de comer arroz junto con otros alimentos es muy recomendable, sobre todo cuando se le añaden verduras, carnes blancas y leguminosas porque de esa manera se obtienen platillos combinados y variados, convenientes incluso para las personas que viven con diabetes.
En nuestro país se consumen cerca de 1.3 millones de toneladas de arroz al año y la producción local sólo alcanza aproximadamente 250 mil toneladas. Así que, tan apreciado este cereal que México no logra satisfacer la gran demanda de la población, por lo que se recurre a la importación de este grano.
Nuestro principal proveedor es Estados Unidos, donde los principales estados productores son Arkansas, California, Luisiana, Mississippi, Missouri y Texas, y una de las marcas que la trae sin procesar es USA Rice.
Las producciones importadas de nuestro país vecino las puedes identificar con el sello “Arroz Americano Auténtico”.
Ahora un clásico, el arroz con leche
Por esto y muchos otros beneficios de este delicioso grano, te presentamos una receta de arroz con leche para que disfrutes en casa.
Ingredientes
• ¾ de taza de leche entera
• ½ taza de arroz de grano largo crudo
• 1 pizca de sal
• ½ taza de azúcar
• Especias de tu elección (vainas de cardamomo, canela, vainilla)
Preparación
En una cacerola vierte la leche, el arroz y la sal. Agrega las especias de tu elección y deja hervir a fuego medio-alto, revolviendo y raspando los lados y el fondo de la cacerola con frecuencia con una espátula de silicón para evitar que la mezcla se pegue y queme.
Llévala a fuego bajo y continúa cocinando al tiempo que revuelves a menudo hasta que el arroz esté suave y el líquido haya adquirido una textura espesa y cremosa; lo que tomará unos 40 minutos.
Retira las especias enteras de la preparación. Agrega la ½ taza de azúcar y mézclala hasta que se disuelva.
Puedes servirlo caliente o frío, pero una vez frío este postre espesa considerablemente, así que agrega leche poco a poco hasta que alcance la textura deseada.
Y listo… ¡A disfrutar!
Viajar ha sido mi pasión y por fortuna, mi trabajo. Descubrí que, aunque regreses al mismo lugar, un viaje nunca se repite, por eso es uno de los grandes placeres de la vida. Te cambia; conocer, degustar, probar cosas nuevas. Viajando aprendes la infinidad, a respetar, a apreciar. Viajando cambian tus percepciones sobre el mundo y sobre ti misma (o).
He colaborado en varios medios de turismo y gastronomía, desde Bon Voyage de Excélsior, pasando por Food & Travel y Viajes de El Heraldo de México, entre otros, todos con distinta perspectiva, pero siempre con la misma pasión por el segmento más bonito del periodismo: el de turismo.