Construidas entre los siglos XVII y XIX, las haciendas son consideradas como uno de los mayores tesoros arquitectónicos de Yucatán. Gracias a su excelente estado de conservación, estos majestuosos espacios nos permiten viajar por el tiempo y experimentar en carne propia el paso de la historia de la región.
Hacienda Yaxcopoil
Fundada en el siglo XVII, a 33 kilómetros del sur de Mérida, en el municipio de Umán, la hacienda Yaxcopoil es de las más emblemáticas por su conservación y ubicación, justo en el centro del mundo maya.
Yaxcopoil reúne a lo largo de su historia grandes periodos de Yucatán, como la época prehispánica, la colonial y el auge de la industria henequenera que se dio a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
La casa principal está compuesta de amplios salones, rodeada de extensos jardines con una vegetación sublime. La oficina aún conserva libros y documentos de la administración de la hacienda cuando seguía en operación. El comedor y cocina conservan los muebles que reflejan la vida doméstica de la época y cuenta con piscina y vestidores, un tanque de riego y la noria con su motor original del siglo XX, que sigue operando extrayendo agua para su uso cotidiano. En uno de los salones llamado “Cuarto Maya” se encuentra un pequeño museo que reúne numerosas piezas y reliquias arqueológicas que se encontraron en las ruinas de Yaxcopoil, permitiéndonos apreciar un poco más de la cultura maya y de su historia.
Hacienda San Ildefonso Teya
A sólo 12.5 kilómetros de Mérida, Teya fue fundada en 1683 como una hacienda agrícola y ganadera, pero a principios del siglo XX se posicionó como una de las haciendas más importantes en la industria henequenera.
En la década de 1990, Teya se convirtió en un hotel de categoría, que cuenta con seis exclusivas habitaciones estilo colonial, además de amplios salones y hermosos jardines. Ubicado en la planta baja de la casa principal, se encuentra el restaurante Teya, uno de los más importantes del estado, gracias a su emblemática gastronomía tradicional, cuyo sabor es un orgullo yucateco.
Hacienda Poxilá
Con más de 500 hectáreas dedicadas a la producción y distribución del henequén, Poxilá fue una de las haciendas henequeneras más importantes de la época. Esta bellísima hacienda estilo colonial conserva su cuarto de máquinas casi intacto, dejando detalles del tiempo que nos ayudan a imaginar cómo eran la vida y el trabajo en aquella época. En su interior podemos encontrar cerca de 20 kilómetros de rieles donde se transportaba el henequén para ser trabajado.
La casa principal conserva claros elementos del periodo colonial, así como casi todos sus muebles originales, con hermosos candiles y detalles sutiles, además, cuenta con una capilla privada y amplios jardines.
Hacienda Chenkú
Ubicada al noroeste de Mérida, Chenkú es una antigua hacienda que conserva espaciosos interiores y una monumental arquería con un aire señorial sin igual.
Sus primeros registros datan de 1710. Gracias a su restauración y mantenimiento, Chenkú conserva en perfecto estado la casa principal, el histórico cuarto de máquinas, el estanque y la chimenea, al igual que dos construcciones consideradas anexos que se piensa que fueron bodegas. En la casa principal se puede apreciar su arquitectura colonial, con gran simetría y simplicidad detallada que la hacen llamativa al instante. Su escalinata, al igual que sus imponentes arcas en la fachada principal y posterior, características de las antiguas haciendas henequeneras, dan la bienvenida a sus visitantes.
Hacienda Xcanatún
Convertida en uno de los hoteles más exclusivos de Yucatán, la hacienda Xcanatún inicia su historia en el siglo XVIII. Levantada sobre las ruinas de asentamientos mayas precolombinos, los edificios tienen un diseño ecléctico que combina la arquitectura original colonial con su restauración a principios del siglo XX.
Ubicada a cinco minutos de la ciudad de Mérida, tras una minuciosa restauración, Xcanatún abrió sus puertas en el año 2000 como un lujoso hotel y spa. Cuenta con 18 habitaciones exquisitamente decoradas, cada una con su propio jacuzzi.
Su restaurante, Casa de Piedra, ha obtenido varios premios, entre los que destaca el Star Diamond Award de la American Society of Hospitality Services por cinco años. Su técnica francesa combinada con ingredientes de la región, hacen del restaurante una experiencia imperdible.
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