Amados por la mayoría de los mexicanos y muchos extranjeros, los tacos forman parte de una tradición milenaria en la que cada estilo gastronómico depende de la región del país. El taco al pastor es uno de los favoritos para los paladares chilangos, si te gusta su sabor te sorprenderá su historia.
La historia
Todo comenzó a mediados de la década de 1960, cuando una mujer llamada Concepción Cervantes y Eguiluz tuvo que recurrir a la creatividad y buena sazón para sacar adelante a sus hijos sobrellevando la muerte de su marido. Doña Concepción trabajaba como secretaria de una empresa maderera en la Ciudad de México.
La muerte de su marido a causa de cáncer de páncreas la había dejado como única responsable de su familia. Y al darse cuenta de que la pensión de su esposo no le alcanzaría para cubrir los gastos de sus hijos, se aventuró a emprender un negocio.
Un día de 1966, al salir de su empleo, decidió comprar tacos árabes para que cenaran sus pequeños. Ella tenía buena amistad con Josué, el taquero que la atendió y, al verlo tan adiestrado en su oficio, se le ocurrió invitarlo para montar un negocio de tacos.
Creatividad y sabor
A Conchita, como la conocían sus cercanos, siempre le había gustado cocinar. Su idea no era imitar el shawarma, sino hacer algo original, algo muy mexicano, por lo cual se le ocurrió cambiar la carne de cordero por carne de cerdo; luego vino la idea del condimento en una olla de pozole, mezcló vinagre, pimienta, axiote, sal y otros ingredientes hasta que le salió la receta del pastor.
El siguiente paso era montar esa carne marinada, necesitaban hacer algo visualmente atractivo y más original, es decir, el trompo. El trompo, como lo conocemos ahora es producto de ver a sus hijos jugar con un trompo de madera.
Por último, doña Concepción y don Josué (el taquero), afinaron detalles como las tortillas pequeñas, el cilantro y la cebolla. La piña fue una idea de ella para darle un toque agridulce.
Ahora sólo le quedaba encontrar un local. Entonces le traspasaron uno pequeño en la colonia Condesa, pero al ser muy reducido, fue imposible montar instalaciones de gas, pero esto no detuvo a doña Concepción, quien se las ingenió para usar carbón y mandó fabricar un horno vertical mucho más pequeño.
El éxito
Lo que vino después fue un exitoso negocio de taquerías que, a la postre, se convertirían en El Tizoncito, la empresa mexicana con 54 años de experiencia en el ramo y la autoría de los tacos al pastor ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).
En 2019, el taco al pastor fue declarado como “El Platillo Más Rico del Mundo” por el prestigioso sitio Taste Atlas, por encima de la lasaña, el ceviche o el pad thai.