Hay hoteles que solo ofrecen un lugar donde dormir, y otros —pocos— que logran transportarte sin moverte del mapa. En Hotel Granduca Houston, basta cruzar el portón de hierro forjado para sentir que uno ha viajado de Texas a Toscana en cuestión de segundos.
El aire huele a espresso recién hecho y flores blancas; la música suena suave, y el personal te saluda con esa mezcla de formalidad europea y calidez texana que solo se aprende con años de hospitalidad genuina. Aquí, cada detalle cuenta: los pisos de madera recuperada, las paredes de estuco, los techos con vigas talladas. Todo ha sido reimaginado por la diseñadora Kara Childress, que transformó este ícono de Uptown Park en una villa italiana de lujo con acentos sureños.
Remi: amor a primera mordida
La primera parada obligada es Remi, el nuevo restaurante insignia del hotel, comandado por el chef Maurizio Ferrarese, un italiano que cocina con precisión milimétrica y alma apasionada. Su menú es un viaje entre el Viejo Continente y el corazón de Texas: Steak Frites con Wagyu local, Ora King Salmon con romesco, y unas alcachofas romanas crujientes que podrían convertir en devoto a cualquiera que dude del poder de la fritura perfecta.
El ambiente también es parte de la experiencia: mesas elegantes, un invernadero interior lleno de luz y fotografías en blanco y negro del artista David Yarrow, que recuerdan que este pedazo de Italia tiene raíces firmes en Houston.
Y si te quedan ganas de prolongar el placer, el Bar Remi te espera al lado: un espacio íntimo donde los tragos cuentan historias. Por la mañana, es ideal para un cappuccino; por la noche, para un Negroni con el toque exacto de amargor. El sommelier Ryan Gaudin ha reunido una selección impecable de vinos y bourbons que podrían convertir una charla casual en una noche inolvidable.
Dormir (y soñar) en una villa italiana
Las 121 suites del Granduca son más que habitaciones: son refugios pensados para quedarse, no solo para pasar la noche. Algunas tienen balcones tipo Juliette con vista a la ciudad, otras chimeneas o cocinas pequeñas que hacen sentir que estás en tu propia casa de campo. La decoración combina madera, mármol y textiles suaves, logrando ese equilibrio perfecto entre elegancia y comodidad.
Tea d’Alba: la pausa elegante
Si el plan es bajar el ritmo, el hotel propone un ritual que no se puede pasar por alto: el Tea d’Alba, una experiencia de té con acento italiano que se sirve de viernes a domingo. Entre tazas de porcelana, pastelería fina y una atmósfera de calma absoluta, es la excusa perfecta para practicar el arte de no hacer nada.
Un secreto bien guardado en Houston
A solo unos pasos de The Galleria y a 25 minutos del Aeropuerto Internacional George Bush, Hotel Granduca Houston es ese tipo de lugar que combina el placer de comer, descansar y viajar sin prisa. Un pedazo de Italia escondido en Texas, donde el lujo no necesita ostentación y donde cada platillo, cada copa y cada detalle están pensados para recordarte que la vida —bien vivida— sabe mejor.
Hotel Granduca Houston
Uptown Park, Houston, Texas
hotelgranducahouston.com
