Pocos restaurantes logran mantenerse fieles a una identidad y, al mismo tiempo, trascender con la fuerza de una propuesta auténtica. Valle, el restaurante del Chef Roberto Alcocer en Oceanside, California, no solo ha logrado eso: ha alcanzado un lugar en el firmamento culinario.
Por tercer año consecutivo, la Guía MICHELIN California lo honra con una estrella, un reconocimiento que es mucho más que un símbolo de excelencia; es la confirmación de que el alma de Baja puede cruzar fronteras y dejar huella.
Desde su apertura en 2021, Valle se ha convertido en una extensión poética del paisaje y la cultura del norte de México. Abrió sus puertas en uno de los momentos más complejos para el sector restaurantero: en plena pandemia. Pero lo que para muchos fue una pausa forzada, para Alcocer fue el momento perfecto para gestar algo distinto.
Su sueño no era simplemente abrir un restaurante, sino crear un espacio donde cada plato narrara una historia, donde cada ingrediente tuviera un origen con peso, y donde la experiencia no se limitara al gusto, sino que tocara la memoria, el corazón y el alma.
Una cocina con raíz
La propuesta de Valle rescata la identidad culinaria de Baja California y la presenta con la sensibilidad y la técnica que solo una visión madura puede alcanzar. Aquí, la temporalidad manda. El mar, el desierto, el huerto, el fuego: todo está presente. El nuevo Menú Degustación de Temporada es una invitación a recorrer esos paisajes a través del paladar, con maridajes diseñados para destacar lo esencial de cada preparación.
El hecho de que haya recibido la estrella MICHELIN por tercer año consecutivo no solo habla de consistencia, sino de evolución. Alcocer y su equipo no se han conformado con mantener estándares: los han elevado, puliendo cada detalle, afinando la experiencia y apostando por la emoción como hilo conductor de la alta cocina.
Y es que Valle no sería lo que es sin la calidez de su gente. El Chef Alcocer lo ha dicho claramente: este reconocimiento es para toda la familia Valle —el equipo que ha creído en su visión, los productores que cuidan la tierra, los comensales que hacen de cada noche una celebración. Valle no es un lugar de paso, es un punto de encuentro entre México y el mundo.
