Colmillo Masaryk, una fusión de sabores de las grandes capitales

Tras sorprender a los sibaritas de Monterrey y Guadalajara, Colmillo abrió sus puertas en Masaryk para complacer a los paladares más exigentes de la Ciudad de México con una propuesta que conjunta los sabores callejeros del norte del país, Los Ángeles y Nueva York, llevándolos a otro nivel.

La visita a este restaurante se convierte en toda una experiencia, la cual inicia desde que sales del elevador y entras al restaurante, donde se percibe una atmósfera elegante con matices oscuros, la cual fue diseñada y curada por el despacho Sarmiento Legorreta.

En las paredes de Colmillo Masaryk podrás ver obras de de fotógrafos tan destacados como Pedro Friedberg, Napoleón Habeica e Yvonne Venegas (sí, la hermana de Julieta), además de que la música de bandas como MGMT añaden un toque moderno al ambiente.

Lo que debes probar

El menú no es muy extenso, pero eso sí, incluye una deliciosa variedad de tacos que van desde filete de res hasta trompo de cerdo, y verduras, como la col asada que se ha vuelto icónica.

Nosotros comenzamos con un sashimi de salmón ligeramente sellado y bañado con ponzu, sake, espárragos finamente picados y pimienta rosa, así como una col asada con jugo de carne, aderezo de pistache y aceite de trufa.

Después probamos el arroz en salsa de jitomate rostizado con pimiento rojo, acompañado de un tuétano con costra de salsa de cacahuate, todo esto se mezcla para incorporar los sabores que también incluyen un helado de limón piquín, lo que crea un contraste único en el paladar.

Colmillo Masaryk

Como postre pedimos el más famoso de la carta y que es insignia de Colmillo Masaryk: el pastel de novios, que consiste en tres pisos sabor tres leches con plátano, cajeta y nuez, decorado con betún blanco y coronado con una pareja de boda en la parte superior.

Aristóteles 124, segundo piso, Polanco

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