Vino blanco, 5 tips para saborearlo

vino blanco

El vino es un elemento sumamente importante en una comida de placer o de negocios o simplemente para disfrutar de un buen rato con los amigos. En esta ocasión, la Denominación de Origen Rueda nos comparte 5 sencillos consejos para ayudarnos a perfeccionar el ritual de beber una buena copa de vino. Así que ya lo sabes, ponlos en práctica, ¡sorprende a tus acompañantes y luce como un auténtico winelover!

1. La temperatura. En el caso del vino blanco, es importante enfriarlo mínimo cuatro horas antes de abrirlo, pero dependiendo de cada vino puede variar la temperatura. Si son vinos ricos en aromas frutales y florales es recomendable servirlos muy fríos, es decir, a unos 4 o 5 grados. En el caso de que tengan crianza y un carácter tostado se podrán servir a 12 grados.

2. Abrir la botella. Para hacerlo como un auténtico sommelier, utiliza un abridor de calidad para evitar que el corcho se rompa. Mantén la botella siempre apoyada y quieta en la mesa con la etiqueta visible para tus acompañantes.

3. El corcho. Una vez abierta la botella se recomienda oler el corcho, su aroma determinará el estado del vino, ya que sus posibles defectos aromáticos se pueden trasladar al corcho.

4. Observación de colores. Cuando el vino ya esté servido en la copa, lo ideal es utilizar un fondo blanco para observar su color o elevar la copa a la altura de los ojos siempre manteniéndola perpendicular a la vista. De esta forma podremos valorar sus colores, la lágrima y su rotundidad o suavidad. Es importante que el vino sea transparente y brillante.

5. Orden de consumo. Es recomendable tomar antes los vinos jóvenes que los envejecidos, los fríos que los atemperados y los secos que los dulces. Si son del mismo estilo, mejor empezar por aquellos con menor graduación alcohólica.

Por último, debemos tener en cuenta la importancia de utilizar las herramientas necesarias para servir un vino blanco correctamente. En este caso, se debe utilizar una copa de tallo alto y boca abierta para saborear la frescura del vino; un buen sacacorchos, y un cortacápsulas que permita realizar un corte fino y evitar una posible contaminación del vino. También, utilizar una tapa de botella para poder conservar el vino que no se consuma y para que dure más tiempo en frío.

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